miércoles, 24 de julio de 2013

Y gracias.


Podíamos haberlo vuelto a intentar, y haber vuelto a fracasar, y no habernos importado nada. Podíamos habernos quedado un poquito más, aunque quisiéramos irnos, mojándonos bajo la lluvia, para ver quién era el primero que lo mandaba todo a la mierda y abría el paraguas. Pero no volvimos a suceder. Y quizá sea mejor así, aunque los primeros días me quería morir y los de después también, pero ya no tanto. No tanto. Y que el tiempo lo cura todo y que tú eras una herida como otra cualquiera. Ahora lo entiendo todo mucho mejor, cariño. Y he corrido lo más rápido que he podido para venir hasta aquí y decirte que yo... que yo ya no. O que ya. Qué basta. Que eras la mujer más bonita del mundo, pero que ese mundo ha detonado y ahora sólo queda humo. Pero he dejado de fumar, ya lo sabes. Así que me tienes en el umbral de estas palabras, llamando a la puerta para decirte adiós: abre. O asómate por la ventana, qué más da. Te sonrío y me voy, para que sepas que, sino enamorarme, al menos sé sobrevivir. Y gracias.

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