Que lo que yo quiero
es quemarme con el café contigo por la mañana, y que me abraces por la espalda
al despertar mientras me das un beso y luego dices que todo irá bien y yo
sonrío al pensar que no necesito que las cosas vayan de otra forma. Que lo que
yo quiero es que me cojas de la mano por las calles de la ciudad y que nos
perdamos, o nos encontremos, o que crucemos semáforos en rojo juntas. Y también
quiero mirarte y que sin palabras nos entendamos, y contártelo todo y que me lo
cuentes todo. Y que por la noche nos duchemos juntas mientras desafinamos
cantando alguna canción. Y hacerte para cenar tu plato favorito, y terminar
haciéndote el amor después, como postre. Y que te quedes luego a dormir, y que
en invierno nos peleemos por quién tiene más manta. Y que lleguen los domingos
y no sean aburridos, y que ningún día de la semana sea duro si lo termino
estando a tu lado. Que lo que yo quiero es un poquito de sentido en mi vida,
alguna razón (tu sonrisa) para creer que merece la pensar seguir, ya sabes. Y que
pasado el tiempo lleguemos a ser lo más bonito que hayamos tenido; algo por lo
que merezca la pena morir. Y pasarnos las noches de verano mirando las
estrellas, mientras nos pasamos el humo de algún cigarro y nos besamos después
de cada calada. Y yo te digo muy bajito que gracias por existir, y por haber
llegado, y por quedarte, a pesar de todas las razones (mis cicatrices) para
irte. Y, no sé, algo así es lo que quiero, y quizá espero demasiado de la vida,
pero qué culpa tengo yo si soñar me resulta demasiado bonito. A veces creo que,
de no soñar, hace tiempo que estaríamos muertos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.