lunes, 1 de julio de 2013

Rescátame.



He vuelto a fumar, y he vuelto a desearte como si quizá. Cariño, qué me has hecho. Y, en el fondo, en realidad, la cuestión es por qué me estoy dejando matar. A lo mejor lavida nunca me ha parecido un bonito lugar para quedarse. A lo mejor la vida nunca me ha parecido un lugar sin ti. A lo mejor ahora, con unos cubatas de más y unos cigarros de menos, te necesito tanto que empiezo a pensar que tú eres más parte de mí que todo lo que he vivido. Que "tú" es el pronombre personal de la primera persona del singular. A ver si nos vamos entendiendo. Así que pongo una canción triste, y empiezo a escribir, como si me salvase. Como si escribir todo lo que te quiero, todo lo que no estás, te acercase un poquito. Pero no. Hoy he vuelto a dormir sola, y ya no recuerdo qué era eso de no odiar la soledad. Ya no. Ya no recuerdo qué era eso de sobrevivir, ni de morir, ni de los cubatas poco cargados de alcohol. Ya no me importa demasiado nada, pero sigo deseando que algún día merezca la pena luchar, seguir, respirar, amanecer y quemarse con el café por la mañana mientras me quedo mirándote. O mirando a alguien. O creyendo que, por fin, he tenido suerte en el amor. Pero todo me suena a palabras vacías. Algún día, suena a que nunca. Quizá, suena a jamás. Quererte, suena a que me va a costar demasiado olvidarte. Y quién va a venir a rescatarme, o a decirme que todo irá bien, o a decirme que yo no merezco esto, que merezco sonreír, y que merezco todas esas cosas bonitas que suceden en las películas de amor. Nadie va a venir. Y, si vienen, te prometo que no lo harán a tiempo. Te prometo que será demasiado tarde y que yo ya estaré, con un cigarro entre los labios, conjugando tu nombre con alguna declinación del verbo "escapar". No, es demasiado tarde, esta noche, para creer que los imposibles siguen siendo factibles. Es demasiado tarde, esta noche, para creer que tú y yo podríamos haber hecho las cosas mejor. Que si yo hubiese ido, y que si tú no hubieses huido, ahora seríamos algo muy parecido a dos ingenuas, y felices, enamoradas. Pero déjame decirte una cosa, cariño: el amor no existe, es un invento de la gente que le tiene demasiado miedo a la soledad. En fin. Acuérdate un poquito de mí cuando beses a otra. No me mates del todo. Sólo te pido eso. Hazme formar parte de todo lo que nunca tendré contigo. Rescátame.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.