martes, 18 de junio de 2013

El día que hizo más viento que nunca.


«Quizás cuando estés más lejos que nunca, comprendas que nadie tenía la culpa».

Nunca quise hacerte daño, y nunca llegué a imaginar que tuviera siquiera la capacidad de hacerlo. Nunca nos debimos nada más allá de los besos que no nos dimos, y por eso no creí que nada desembocara en todo esto. De tenerte en la piel he pasado a no encontrarte ni en la luna, que últimamente se empeña en oscurecer el universo (ya no tan infinito).

Puedo, pero no quiero, porque sabes que sin esa parte ludópata yo no sería yo, y jamás me habrías convertido en tormenta. Pero las tormentas mojan cuando sales a sentirlas, y terminas atrayendo relámpagos. Bailaste con mi lluvia cuando fuera hacía frío pero, entre tanto beso, se me olvidó mencionar que, cuando fuera llueve, el frío soy yo.






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